EL LIBRO PROHIBIDO 3

SOFÍA SALIÓ DE SU CUARTO CON LA MIRADA TACITURNA Y ALGO DUBITATIVA, SE DIRIGIÓ A UN ÁRBOL DE SAÚCO QUE HABÍA EN SU PATIO TRASERO, MIENTRAS CAMINABA REPETÍA UNA SERIE DE PALABRAS EN VOZ BAJA, COMO RECORDANDO ALGO.

Sofía sacó un puñal muy extraño, mientras repetía unas palabras en un idioma algo extraño, cortaba un trozo del árbol, el cual fue labrando con mucho cuidado, al finalizar le quedó una especie de vara como de unos veinte centímetros de largo y con una figura de una pluma en medio, la varita brillaba con luz propia, era algo sorprendente-

- Su padre gritaba tan fuerte que sus venas se tensaban, pero no servia de nada, sofía estaba concentrada en esa pared, dibujaba una especie de garabatos y círculos, lo extraño era que no era un boligrafo o lapiz lo que usaba, solo era un pedazo de palo y aun asi marcaba de tal manera como lo hiciera la pluma mas fina del mundo- termine exclamo la pequeña e inmediatamente al quitar la varita de la pared esta comenzó a brillar-

-Ella como su padre no podían ver por causa de aquel brillo que enceguecia su visión, sofia sonreía con una cara macabra y con una voz demasiado grave- quien eres le repetía su padre, sacudiendola muy fuerte, sofia señalo a la pared y le susurro a su padre al oído, mira quien soy, el volteo y se quedó pètrificado al ver el reflejo de sofía en esa pared.

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- Sofía se encontró frente a diego, diego la saludo de forma muy dulce emocionado por que haría las pases con ella, pero su sonrisa desapareció de inmediato al mirar fijamente a los ojos a sofía, ya no era la pelirroja que el adoraba.

- Diego intento correr pero fue en vano, las garras de sofía lograron sujetarlo mientras sacaba de su mochila un pedazo de palo, diego tu te arrepentiras de lo que me has hecho, diego llorando le suplicó que lo perdonara, pero eso no causo ningún efecto en su sed de venganza, ella dibujo unos garabatos en el cuello de diego mientras repetía las siguientes palabras, diego estas condenado al infierno y pasaras una eternidad allí, no creceras físicamente pero eso no te impedirá morir, podrás acortar tu eternidad en el infierno sanando a otros con este don que te doy, pero más que un don es una maldicion ya que sufriras mucho, sentirás que te quemas vivo al hacerlo y cada vez que mientas sera mas dura la tortura asi que no podras mentirle a nadie.

-Diego despertó en su cuarto- se pregunto si seria un sueño aquel episodio.